El califa que ordenó la destrucción de la imprenta: mitos y realidades de la biblioteca de alejandría

22/03/2018

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La Biblioteca de Alejandría, un nombre que evoca imágenes de un vasto repositorio de conocimiento antiguo, ha sido envuelta en misterio y leyenda durante siglos. Si bien su existencia y grandeza son incuestionables, la narrativa de su destrucción, a menudo atribuida a un califa que ordenó la quema de sus incontables volúmenes, requiere un análisis cuidadoso para separar la verdad de la ficción. Este artículo profundiza en la historia compleja y multifacética de la biblioteca, investigando las diferentes teorías sobre su declive y eventual desaparición, y examinando críticamente la figura del califa Omar en este relato.

Índice
  1. La Biblioteca de Alejandría: Un Centro de Conocimiento Inigualable
  2. El Declive y la Destrucción: Un Proceso Gradual
  3. El Califa Omar y el Mito de la Destrucción: Una Narrativa Cuestionable
  4. El Legado Duradero: Un Símbolo de la Fragilidad del Conocimiento

La Biblioteca de Alejandría: Un Centro de Conocimiento Inigualable

Fundada en el siglo III a.C., durante el período helenístico, la Biblioteca de Alejandría no fue una simple colección de libros. Era un complejo institucional, parte del Museion, un centro de investigación dedicado a las musas. Bajo el patrocinio de los reyes ptolemaicos, se convirtió en un imán para los eruditos de todo el entorno conocido, atrayendo a figuras como Eratóstenes, Calímaco y Apolonio de Rodas. Su objetivo era ambicioso: reunir todo el conocimiento humano. Para ello, los Ptolomeos implementaron una política agresiva de adquisición de textos, enviando agentes a través del Mediterráneo para comprar manuscritos, copias e incluso, según algunas versiones, apropiándose de textos de barcos que llegaban al puerto.

La magnitud de sus colecciones es objeto de debate. Las cifras que se han transmitido a lo largo de los siglos varían enormemente, oscilando entre decenas de miles y cientos de miles de volúmenes. Independientemente del número exacto, es innegable que la Biblioteca de Alejandría albergaba una colección extensa y diversa de obras en varios idiomas, abarcando temas que iban desde la literatura y la filosofía hasta las ciencias y las matemáticas. Esta impresionante colección no se limitaba a la biblioteca principal, sino que se extendía también a una filial en el Serapeum, un templo dedicado al dios Serapis.

califa que ordenó la destrucción de imprenta - Por qué se incendio la biblioteca de Alejandría

El Declive y la Destrucción: Un Proceso Gradual

Contrariamente a la imagen popular de una destrucción catastrófica en un solo evento, el declive de la Biblioteca de Alejandría fue un proceso gradual que se extendió durante siglos. Varios eventos contribuyeron a su declive: las purgas intelectuales bajo Ptolomeo VIII, el incendio accidental provocado por Julio César durante el asedio de Alejandría en el 48 a.C., la falta de fondos y el apoyo durante el período romano, y los disturbios civiles que asolaron Alejandría en los siglos III y IV d.C. El Serapeum, donde se encontraba una filial de la biblioteca, también sufrió una destrucción violenta a manos de cristianos en el 391 d.C., bajo el liderazgo del papa Teófilo I, como parte de su campaña contra los templos paganos.

Evento Fecha Aproximada Impacto en la Biblioteca
Purgas intelectuales bajo Ptolomeo VIII 145 a.C. Exilio de eruditos, pérdida de personal y conocimiento.
Incendio de Julio César 48 a.C. Destrucción parcial, la magnitud del daño es discutida.
Declive durante el período romano Siglos I-III d.C. Falta de fondos, pérdida de prestigio, disminución de la actividad intelectual.
Disturbios civiles en Alejandría Siglos III-IV d.C. Destrucción probable de lo que quedaba de la biblioteca principal.
Destrucción del Serapeum 391 d.C. Destrucción de la biblioteca del Serapeum.

Es importante destacar que la evidencia arqueológica que apoya la existencia de una única y monumental Biblioteca de Alejandría es escasa. Muchos estudiosos creen que la narrativa de su destrucción ha sido magnificada a lo largo del tiempo, y que en realidad se trataba de un complejo de bibliotecas que desaparecieron gradualmente a lo largo de varios siglos.

El Califa Omar y el Mito de la Destrucción: Una Narrativa Cuestionable

La historia más popular sobre la destrucción de la Biblioteca de Alejandría involucra al califa Omar ibn al-Khattab, quien supuestamente ordenó la quema de sus libros. Según la leyenda, Omar habría dicho: "Si estos libros concuerdan con el Corán, no los necesitamos; si discrepan con el Corán, deben ser destruidos". Sin embargo, la primera mención de esta historia aparece siglos después del evento, lo que hace que su autenticidad sea altamente cuestionable. Además, la evidencia histórica sugiere que para el siglo VII d.C., cuando Omar gobernó, muy poco, si algo, quedaba de la antigua Biblioteca de Alejandría.

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La narrativa de Omar se debe probablemente a la necesidad de construir un relato que explicara la pérdida del conocimiento antiguo. Esta narrativa sirve para alimentar la imagen romántica de una biblioteca colosal que fue destruida por fuerzas de ignorancia religiosa. Sin embargo, la realidad es probablemente mucho más compleja y menos dramática. La destrucción de la Biblioteca de Alejandría fue un proceso gradual, causado por una combinación de factores políticos, económicos y sociales, y no un único acto de destrucción a manos del califa Omar.

El Legado Duradero: Un Símbolo de la Fragilidad del Conocimiento

A pesar de su eventual desaparición, la Biblioteca de Alejandría dejó un legado duradero. Su influencia en el desarrollo del conocimiento en la antigüedad fue inmensa. Sirvió como modelo para otras bibliotecas y centros de aprendizaje en todo el entorno helénistico y más allá. La Biblioteca de Alejandría se convirtió en un símbolo del valor del conocimiento, así como de su vulnerabilidad ante las fuerzas de la destrucción. La historia de su declive nos sirve como una advertencia sobre la importancia de la preservación de la información y la necesidad de proteger el acceso al conocimiento para las generaciones futuras.

La imagen popular del califa Omar ordenando la destrucción de la imprenta de la Biblioteca de Alejandría es un mito, una simplificación excesiva de un proceso histórico complejo que abarcó siglos. Si bien la pérdida de conocimiento antiguo asociada con la desaparición de la biblioteca es lamentable, atribuir toda la culpa a una sola figura o a un solo evento es una tergiversación de la realidad histórica.

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